Comprar la moneda de oro de la Filarmónica de Viena
La moneda de oro de la Filarmónica de Viena, también conocida comúnmente como “Phili”, es uno de los productos más reconocidos de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Austria (Münze Österreich AG).
Se trata de la moneda bullion (es decir, la moneda de inversión) más expendida en toda Europa y la segunda del mundo. La “Wiener Phiharmoniker” fue acuñada por primera vez en el año 1989 y desde ese momento se convirtió en la opción predilecta de todos los inversores del planeta. Su popularidad es tal que incluso el World Gold Council la ha nombrado en varias ocasiones como “la moneda más comprada del mundo”.
Además de inversores, esta moneda atrae a coleccionistas internacionales, pues su diseño es muy especial. Aunque cada año sale una nueva serie, el diseño siempre es el mismo: en una cara aparecen diversos motivos relacionados con la música (como un arpa, una trompa, violines o un chelo), mientras que en la otra está presente el gran órgano que corona el “Golden Hall” de la sede principal de sus conciertos. El trabajo de diseño fue encargado al grabador Thomas Pesendorfer, que supo representar de manera excepcional los elementos más diferenciadores de la ciudad que vio nacer a figuras ilustres como Johann Strauss o Franz Schubert, entre otros.
En un primer momento, la moneda de oro de la Filarmónica de Viena estaba acuñada en chelines de Austria, pero tras la aparición del Euro adquirió esta denominación. De este modo, su valor nominal más común es el de 100 euros.
Comprar una moneda de oro de la Filarmónica de Viena es una de las mejores opciones que tienen los inversores del mundo del oro en la actualidad. Su pureza, 24 quilates (ley 999.9), es excepcionalmente buena y resulta más atractiva que sus competidoras por su superior diámetro (37 mm). Debido a esto último, hay que manipularlas con especial cuidado y es recomendable conservarlas en cápsulas protectoras.
La gran popularidad de la moneda de la Filarmónica asegurará una fácil reventa, lo que favorece la obtención de liquidez y permite que las inversiones que se realicen con ellas sean óptimas. A parte de Europa, estas monedas se mueven en mercados internacionales como Japón, Norteamérica o China.