¿Cómo eran las monedas del Imperio Romano?

las monedas del Imperio Romano

Dieciséis siglos después de su caída, el Imperio Romano sigue despertando fascinación. A fin de cuentas, fue una de las entidades políticas más importantes e influyentes de la historia, y debemos buena parte de nuestra cultura a su legado. ¿Te has preguntado alguna vez cómo eran las monedas del Imperio Romano? ¿Hay grandes diferencias con las monedas que empleamos ahora, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido?

Lo primero que es interesante conocer a la hora de estudiar el uso de la moneda en el Imperio Romano es que, cuando éste es fundado, aún se trataba de un concepto relativamente reciente para la sociedad. En la República romana, predecesora del Imperio, se habían introducido las monedas alrededor del año 289 a.C., tres siglos antes de que Augusto se coronara como primer emperador.

Como tantos otros elementos que pasaron a ser entendidos como fundamentos del Imperio, la adopción de las monedas llegó directamente por imitación de Grecia, algo que incluso se vio reflejado en los primeros diseños.

El propio Augusto trajo consigo una reforma monetaria que introdujo por primera vez las monedas de oro y plata en Roma: los áureos y los denarios de plata, estableciendo por debajo una serie de monedas de valor consecutivamente inferior, de cobre o aleación de cobre y zinc: sestercios, dupondios, ases, semis y cuadrantes. Este sistema se mantendría relativamente estable hasta el siglo IV d.C. Un dato curioso es que el denario, que se convirtió en la moneda principal de la economía romana, fue bajando en pureza y gramaje a lo largo de los años, a medida que era devaluada.

La aportación clave del Imperio Romano a la moneda tal y como hoy la entendemos se la ‘debemos’ a Julio César. Hasta entonces las monedas, tanto en Roma como en otras sociedades, estaban ilustradas con imágenes de deidades, u ocasionalmente con las de ancestros, pero Julio César fue el primer gobernante en adornarlas con su propio busto, y de hecho la primera persona viva en aparecer en ellas. Esto contribuyó a que su imagen contara con una difusión y una glorificación sin precedentes para la época, un efecto que siguieron aprovechando los emperadores siguientes y cuyo legado llega a nuestros días.

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la moneda del imperio romano