La crisis por COVID-19 impulsa el oro a máximos históricos

lingotes de oro

El comportamiento del oro desde que comenzó la expansión mundial del coronavirus afianza al mineral como activo refugio por excelencia en situaciones de crisis. Su precio, pese a sufrir una drástica bajada al inicio en el mes de marzo, no solo ha vuelto a subir, sino que se mantiene al alza e incluso ha llegado a alcanzar máximos históricos, y la demanda para invertir en oro no deja de crecer. En la evolución del precio del oro durante los últimos meses se aprecia su gran volatilidad, y hace que invertir en el metal precioso sea una excelente idea en la actualidad.

El precio del oro alcanza máximos históricos

En un post anterior ya explicamos el porqué de la primera bajada del precio del oro durante el mes de marzo. Los inversores buscaban una rápida liquidez ante la crisis que se avecinaba, y lo hacían desprendiéndose de sus activos más seguros. Una vez superada esa primera etapa, el precio del oro volvió a subir, alcanzando el 13 de abril los 1.762 dólares la onza, la cifra más alta desde septiembre de 2012. Desde entonces, aunque aún no ha superado esa cifra, vemos cómo durante los últimos días el precio del mineral se mantiene por encima de los 1.700 dólares.

Aunque el oro aún se encuentra por debajo de los máximos históricos cuando hablamos de dólares, durante el mes de abril no dejó de alcanzar máximos en otras monedas importantes como los dólares australianos y canadienses, libras, yenes, yuanes, euros y francos suizos.

Lo cierto es que se están dando unas circunstancias excepcionales que están provocando tanto la subida del precio como el incremento de la inversión en oro, de modo que la demanda de oro físico no deja de crecer. Las predicciones de los expertos apuntan a que tanto el precio como la demanda continuarán con su crecimiento durante los próximos meses, como una solución ante la inestabilidad de los mercados de otros activos como bonos o acciones.

Escasez de oro e incremento de la demanda

Durante las últimas semanas, ha tenido lugar la parada de actividad y el cierre de minas, refinerías y Casas de la Moneda en todo el mundo, además de la limitación de vuelos para el transporte de oro, como medidas para paliar los efectos de la pandemia y evitar contagios. Esto, junto con el crecimiento en la demanda de oro físico, ha llevado a una gran escasez del mineral, sobre todo de los lingotes de oro más pequeños. Además, algunos fondos internacionales ya tratan de cambiar sus activos financieros por oro físico.

De esta forma, hay que tener en cuenta que, la actividad está volviendo poco a poco a la normalidad, y algunas refinerías ya pueden abrir aunque a una menor capacidad a la habitual, y tanto los organismos monetarios, como los fondos de inversión y de pensiones, también están apostando por invertir en oro físico.

Todo ello ha provocado que el precio del oro suba y continúe entre sus cifras más altas. Es habitual que el precio aumente después de una crisis, puesto que en otras crisis anteriores sucedió de forma similar. Sin embargo, la parada de actividad en todos los sectores que afectan tanto a la recogida de oro, como a la venta y al transporte del material en la mayoría de los países, es menos habitual y ha llevado a esa escasez que mencionamos.

Con todo esto, en Ciode vemos cómo los datos apuntan a que el oro continuará despertando la curiosidad de aquellos inversores que buscan un activo refugio debido a los tiempos de incertidumbre que estamos viviendo. Seguiría así creciendo la demanda del metal precioso a pesar de la gran crisis a la que se enfrenta la economía global por la pandemia del COVID-19. ¿Continuará el precio del oro alcanzando máximos históricos?